En un movimiento diplomático significativo, países como Francia, Reino Unido, Canadá y Australia reconocieron formalmente un Estado palestino.

Esta decisión, que la comunidad internacional considera un paso hacia una solución de dos Estados, fue vista por la ultraderecha israelí como una provocación que debía ser respondida con la anexión de Cisjordania.

Además, dirigentes franceses expresaron su respaldo al presidente colombiano Gustavo Petro, denunciando que las amenazas de Donald Trump en su contra se debían a su postura crítica frente al “genocidio en Gaza”. A pesar de estos gestos de apoyo a la causa palestina, se ha señalado una notable ausencia de acciones contundentes por parte de las principales potencias occidentales frente a las acciones de Israel.

Según un análisis, “ni Estados Unidos ni la Unión Europea han condenado las violaciones israelíes al alto el fuego”.

Esta pasividad es interpretada como una aceptación de una “paz asimétrica” que favorece los objetivos de Israel sin garantizar justicia o soberanía para el pueblo palestino, manteniendo así la ficción de un acuerdo que no se sostiene en la práctica.