Los incidentes incluyen bombardeos, ataques aéreos sobre barrios residenciales y fuego directo contra civiles.

Un caso específico ocurrió el 14 de octubre, cuando al menos nueve palestinos murieron por disparos del ejército israelí en el norte de Gaza; las fuerzas israelíes confirmaron haber abierto fuego contra un grupo de personas que se habían acercado a los soldados. Otro ataque aéreo se registró el 19 de octubre en el sur de Gaza, en la zona de Rafah, dejando al menos 11 muertos, después de que Israel acusara a Hamás de disparos antitanque, una implicación que Hamás negó. Israel ha justificado sus acciones alegando un retraso en la entrega de los cuerpos de algunos rehenes y afirmando que las víctimas de sus ataques habían cruzado una “línea amarilla”, una zona de seguridad temporal sin validez internacional. Estas acciones son vistas por algunos analistas como una confirmación de la naturaleza asimétrica del acuerdo, que no ha logrado detener la violencia contra la población palestina.