Este pacto, firmado en una cumbre en Sharm el Sheij, Egipto, fue mediado por EE. UU., Egipto, Qatar y Turquía, y marca un punto de inflexión en la prolongada crisis. El acuerdo fue oficializado por los líderes de los países mediadores, quienes sellaron el documento en presencia de más de treinta líderes mundiales.
Donald Trump, figura central del evento, celebró el logro como un “triunfo increíble para Israel y el mundo”.
En sus declaraciones, afirmó: “Nunca antes había visto tanta felicidad”, y subrayó la complejidad del pacto al señalar que evitaba un conflicto mayor, como una “Tercera Guerra Mundial” que, según él, “comenzaría en Oriente Medio”.
El plan, presentado por Trump a finales de septiembre, establece un marco de 20 puntos que incluye un alto el fuego inmediato, la retirada gradual de las fuerzas israelíes y la liberación de rehenes. Tras la firma, el mandatario declaró enfáticamente que “la guerra en Gaza ha terminado”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó el anuncio como “un gran día para Israel”, mientras que el presidente palestino, Mahmud Abbas, lo consideró “un paso hacia la estabilidad regional”. Hamás también confirmó el acuerdo, declarando que la guerra “ha terminado por completo” tras recibir garantías de los mediadores.
Este avance diplomático, aunque celebrado, enfrenta el desafío de su implementación en un contexto de profunda desconfianza.












