El presidente Trump lo confirmó a bordo del Air Force One: "Les hemos dado la aprobación por un tiempo (...).

Tendremos que vigilar que no haya grandes problemas". Posteriormente, el plan exige que Hamás sea excluido de la administración y que su arsenal sea destruido. La gobernanza sería confiada a "un comité palestino tecnocrático y apolítico", que operaría bajo "la supervisión y control de un nuevo organismo internacional de transición" dirigido por el propio Trump y que incluiría figuras como el exprimer ministro británico Tony Blair.

Además, se desplegará una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF), apoyada por EE.

UU. y socios árabes, para entrenar a la policía palestina y mantener la seguridad. El objetivo final es que una Autoridad Palestina reformada asuma el control en el futuro, abriendo la posibilidad a la autodeterminación y la creación de un Estado palestino.