“Pensamos que eran fuegos artificiales”, recordó.

La realidad era una operación coordinada de Hamás, con aproximadamente 7.000 terroristas infiltrándose por tierra en territorio israelí.

En el festival Nova, ubicado a solo tres kilómetros de Gaza, los atacantes armaron una “trampa mortal”, asesinando a 380 jóvenes y secuestrando a otros 40.

Malca describió una escena de horror: “Vimos muchos cuerpos acribillados, con agujeros de bala por todos lados, partes humanas tiradas por el piso”.

Este evento, junto con los ataques a kibutz cercanos, traumatizó profundamente a la sociedad israelí.

En el discurso público del país, el ataque ha sido comparado con el Holocausto, una victimización que, según el periodista Gideon Levy, “da licencia para ejercer toda forma de violencia” en la posterior ofensiva sobre Gaza. El segundo aniversario de esta fecha encuentra a la región sumida en una guerra cuya brutalidad fue definida desde su primer día.