La primera fase del acuerdo contempla la liberación de 48 rehenes israelíes a cambio de unos 2.000 prisioneros palestinos. De los rehenes, se cree que 20 están vivos, mientras que se devolverán los cuerpos de los 26 restantes.

Hamás también mencionó que el intercambio incluiría mujeres y menores palestinos detenidos en Gaza.

La situación de los rehenes ha sido un tema de profundo dolor y movilización en la sociedad israelí. En Tel Aviv, la “Plaza de los Rehenes” se ha convertido en un epicentro de manifestaciones y vigilias, donde las familias exigen al gobierno de Netanyahu un acuerdo inmediato para su liberación. La difusión de un video por parte de Hamás mostrando al rehén Eviatar David en un estado demacrado intensificó la presión pública. Su primo, Jhonattan Guttman, describió las imágenes como si su familiar “parece salido de un campo de concentración”. El anuncio del acuerdo fue recibido con celebraciones por parte de las familias, y los hospitales en Tel Aviv ya se preparan para recibir a los liberados, en un gesto que simboliza un primer paso tangible hacia la sanación tras el trauma del 7 de octubre.