La música se detuvo abruptamente, dando paso a una “pesadilla” de disparos, gritos y caos. Los terroristas habían tendido una trampa mortal en la ruta de escape, aniquilando a quienes intentaban huir.

Chen describe escenas de “cuerpos acribillados, con agujeros de bala por todos lados, partes humanas tiradas por el piso”.

El ataque no fue un enfrentamiento militar, sino una masacre deliberada de civiles desarmados.

Hoy, en el mismo lugar, se erige el Nova Festival Victims Memorial, un espacio para recordar a las víctimas con retratos y homenajes.

Este evento es constantemente invocado en Israel como la justificación principal de la magnitud de su respuesta militar en Gaza. Para muchos israelíes, la brutalidad exhibida en el festival demostró que la coexistencia con Hamás era imposible y que era necesaria una acción militar contundente para garantizar su seguridad, un sentimiento que ha moldeado la opinión pública y el apoyo a la guerra durante los últimos dos años.