La noticia del acuerdo fue recibida con celebraciones entre los familiares, quienes han vivido dos años de incertidumbre y angustia.

Por otro lado, la liberación de prisioneros palestinos es una victoria significativa para Hamás y una demanda histórica del pueblo palestino, que considera a muchos de estos reclusos como prisioneros políticos.

Un artículo señala la enorme desproporción en el conflicto, contrastando los 48 rehenes israelíes con los 11.000 prisioneros políticos palestinos existentes.

Este intercambio, por lo tanto, no es solo una transacción humanitaria, sino un acto de profundo simbolismo político para ambas partes, que sirve como una medida crucial para generar la confianza necesaria para sostener la tregua y avanzar hacia futuras negociaciones.