Este proyecto no solo busca reconstruir, sino transformar radicalmente la Franja.
Según el analista Irvin Gatell, el plan contempla una “reinversión total” con el objetivo de que “Gaza se convierta en un centro de desarrollo muy parecido a Miami o Dubái, con industrias tecnológicas y un nuevo puerto modernizado”. Esta visión de un futuro próspero y tecnológico contrasta fuertemente con la realidad actual de ruina y colapso social. Sin embargo, esta ambiciosa reconstrucción está supeditada a condiciones políticas estrictas, principalmente la deposición de las armas por parte de Hamás y la instauración de una nueva administración tutelada por una fuerza internacional. La propuesta es, por tanto, un paquete que combina la promesa de desarrollo económico con la exigencia de una rendición política.