La crisis se agrava por el asesinato de 1.600 miembros del personal sanitario, lo que ha colapsado la atención médica y ha permitido la propagación de enfermedades. Otro informe corrobora esta situación al señalar que Gaza está “aislada” y que los avances en tecnología humanitaria no llegan a la población.

Aunque el plan de paz de Trump y Netanyahu contempla el envío inmediato de ayuda humanitaria, este está condicionado a la aceptación del acuerdo, vinculando el alivio del sufrimiento civil a un resultado político. Esta situación ha provocado un éxodo forzado, que es descrito como una pieza de un plan que podría constituir un “genocidio intencional del pueblo palestino”.