El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, han presentado un detallado plan de 20 puntos con el objetivo de finalizar la guerra en Gaza. La propuesta, que incluye un alto al fuego inmediato condicionado a la aceptación de Hamás, busca redefinir el futuro político, económico y de seguridad de la franja. El núcleo de la propuesta, revelada en la Casa Blanca, es una hoja de ruta para la desarticulación de Hamás, la liberación de todos los rehenes y la creación de un organismo de transición. Según los términos, la guerra terminaría de inmediato si ambas partes aceptan, seguido de una retirada de las fuerzas israelíes a una línea acordada. A cambio de la liberación de rehenes, Israel liberaría a 250 presos condenados a cadena perpetua y a 1.700 gazatíes detenidos después del 7 de octubre de 2023.
El plan ofrece amnistía a los miembros de Hamás que se desarmen y un paso seguro para quienes deseen abandonar Gaza.
El analista Irvin Gatell describe la situación como crítica para el grupo palestino: “Hamas inició la guerra, Hamas la perdió, Hamas está acorralado.
Pues obviamente lo que le corresponde en este caso es rendirse”.
Sin embargo, el plan ha sido duramente criticado, siendo calificado en un editorial como un “delirio colonial” y una “sarta de disparates y agravios”.
Dicha crítica sostiene que el acuerdo no ofrece garantías para la vida de los palestinos ni contempla juzgar a los responsables de crímenes de guerra, sino que perpetúa “la falacia de presentar a la potencia ocupante como víctima”. La propuesta también contempla una masiva reconstrucción económica y la creación de una zona económica especial para revitalizar Gaza, un incentivo condicionado a la completa desmilitarización del territorio.
En resumenEl plan de 20 puntos es una propuesta integral pero controvertida que supedita el fin de la guerra y la reconstrucción de Gaza a la rendición y desmantelamiento de Hamás. Mientras sus proponentes lo enmarcan como una oportunidad histórica para la paz, sus detractores lo consideran una imposición que consolida el control israelí y estadounidense sobre el territorio palestino.