El papa León XIV se refirió a esta situación al condenar el “exilio forzado”.

La situación es tan precaria que la UNRWA reportó que el costo de huida para una familia es de aproximadamente 3.180 dólares, una suma prohibitiva. La falta de combustible, alimentos y refugio en el sur ha llevado a que unos 22.000 desplazados hayan optado por regresar a sus barrios en el norte, a pesar del peligro. Israel ha designado solo el 12% de la superficie de Gaza como “zonas de refugio”, intentando concentrar allí a más de 1.7 millones de personas en lo que el gobierno gazatí describe como “campos de concentración”.