Esta iniciativa de Hamás surge en un contexto de intensa presión militar israelí y de un estancamiento en las negociaciones previas. Un pacto anterior, aceptado por Hamás el 18 de agosto para liberar 10 rehenes a cambio de ayuda humanitaria, fue ignorado por Tel Aviv, que continuó con su ofensiva. En paralelo, la figura de Hamás en el futuro de Palestina es objeto de debate. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, ha declarado que "Hamás no tendrá ningún papel en el gobierno" y que tanto este como otras facciones "deben entregar sus armas a la Autoridad Palestina". Abás también condenó explícitamente "las acciones de Hamás del 7 de octubre de 2023", un gesto destinado a contrarrestar las críticas sobre la falta de una condena oficial palestina a dichos ataques. Por su parte, Hamás ha calificado como un crimen de guerra y limpieza étnica el uso por parte de Israel de vehículos bomba no tripulados en zonas residenciales de Gaza.