La ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza se ha recrudecido, con ataques diarios que dejan un saldo de decenas de muertos y una cifra total de víctimas que supera las 65.200 personas. Las operaciones se han concentrado en la Ciudad de Gaza, donde el ejército israelí ha confirmado la entrada de sus tanques con el objetivo de desplazar a su población. Los informes describen una campaña de bombardeos sistemáticos que utilizan drones, ataques aéreos y lo que los gazatíes denominan "anillos de fuego", consistentes en ataques repetitivos sobre un mismo punto. Fuentes locales y equipos de rescate reportan la muerte de entre 26 y 50 personas en jornadas individuales, incluyendo un ataque con drones que mató al menos a ocho personas, entre ellas niños, en el barrio de Al Daraj.
La ofensiva no solo se ha dirigido contra infraestructura, sino también contra objetivos específicos, como la casa del director del Hospital Al Shifa, cuyo hermano y cuñada murieron en un bombardeo.
Además, Hamás ha denunciado el uso de carros no tripulados cargados con toneladas de explosivos en barrios residenciales como un "crimen de guerra" y un acto de "limpieza étnica". La magnitud de la violencia ha llevado a que una comisión independiente de la ONU, relatores de derechos humanos y un número creciente de países califiquen la ofensiva de genocidio, con un saldo que incluye más de 19.000 niños muertos.
En resumenLa estrategia militar de Israel en Gaza se caracteriza por su alta letalidad y la destrucción generalizada, lo que ha provocado una catástrofe humanitaria y crecientes acusaciones de genocidio a nivel internacional. A pesar de la condena global, la ofensiva continúa su avance con un devastador costo en vidas civiles.