La comunidad internacional reaccionó con repudio casi unánime. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó la “flagrante violación de la soberanía y la integridad territorial de Catar”, mientras que Rusia y China lo calificaron como una acción destinada a “socavar los esfuerzos internacionales por encontrar soluciones pacíficas”. Por su parte, el movimiento de la Yihad Islámica afirmó que la agresión “no habría tenido lugar sin la autorización estadounidense y la protección brindada por el presidente Donald Trump”.
