Este movimiento es visto como un paso simbólico pero políticamente significativo para redefinir el debate sobre el conflicto.
Actualmente, 147 de los 193 estados miembros de la ONU reconocen al Estado de Palestina. La novedad es el cambio de postura entre potencias occidentales que tradicionalmente se habían abstenido. Países como Reino Unido, Francia, Australia y Canadá se sumarán a la mayoría en la Asamblea General de la ONU para reconocer la soberanía de un Estado palestino independiente.
Este respaldo diplomático, aunque simbólico, tiene un fuerte impacto político, pues redefine el marco del debate y aísla aún más la postura del gobierno israelí. El vicepresidente de la Autoridad Palestina, Husein al Sheij, celebró la decisión como “un paso importante hacia el fin de la ocupación y la concreción de nuestro Estado independiente en las fronteras de 1967”. En contraste, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha calificado este reconocimiento como “antisemita” y un “premio al terrorismo de Hamás”. Netanyahu ha asegurado que nunca permitirá un Estado palestino entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, al considerarlo una amenaza existencial para Israel.
Este creciente consenso internacional refleja una condena cada vez mayor a la conducta de Israel en la guerra y una apuesta por la solución de dos Estados como única vía para una paz duradera, a pesar de la férrea oposición del actual gobierno israelí.