Estas manifestaciones reflejan una creciente presión de la opinión pública mundial sobre los gobiernos para que tomen acciones más contundentes contra Israel.

Desde Sídney hasta Nueva York, pasando por París, Bruselas y Bogotá, ciudadanos se han organizado para visibilizar la crisis humanitaria.

Un hito significativo ocurrió en Madrid, donde más de 100.000 manifestantes lograron detener la Vuelta ciclista de España, enviando un mensaje contundente de que “la voz del pueblo es más fuerte que cualquier carrera”. Estas acciones ciudadanas son vistas como una respuesta a la “incompetencia de la comunidad internacional” y sus “discursos vacíos”. En Colombia, se ha convocado a una marcha nacional el próximo 7 de octubre con el lema “¡Alto al genocidio!”, que incluirá un plantón frente a la Embajada de Estados Unidos y una velatón en la Plaza de Bolívar. Los organizadores enfatizan que su apoyo al pueblo palestino defiende principios universales como el derecho a la vida y la autodeterminación, y no es una postura en contra de ninguna comunidad. Una activista palestina residente en España destacó que estas movilizaciones se inspiran en la historia, como la caída del apartheid sudafricano, que se logró a través del boicot y la organización popular. El lema “solo el pueblo salva al pueblo” resuena en estas convocatorias, que buscan ejercer presión directa ante la inacción de los organismos responsables.