UU., Marco Rubio, realizó una gira por Medio Oriente, reafirmando el apoyo "inquebrantable" a Israel mientras busca mediar en la crisis. La visita subraya el delicado equilibrio que Washington intenta mantener entre su alianza estratégica con Israel y la necesidad de contener una escalada regional. Durante su reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu, Rubio ofreció un firme respaldo a la ofensiva israelí, afirmando que la solución diplomática en la que Hamás se desmilitariza es la preferida por Washington, aunque “a veces, cuando se trata con un grupo de salvajes (...), eso no es posible”. Netanyahu, por su parte, aseguró que la relación con Estados Unidos “nunca había sido tan fuerte” y desvinculó a su aliado del ataque en Doha, subrayando que fue una decisión y acción exclusiva de Israel. Tras su visita a Jerusalén, Rubio partió a Qatar, país que consideró como el único capaz de mediar en el conflicto, a pesar del reciente ataque israelí contra líderes de Hamás en su capital. “Si hay algún país en el mundo que pueda ayudar a poner fin a esto mediante una negociación, ese es Catar”, aseguró.
Esta doble estrategia de apoyo militar y político a Israel, mientras se depende de Qatar para la mediación, pone de manifiesto la compleja posición estadounidense. Washington busca contener las tensiones regionales y avanzar en un nuevo acuerdo de defensa con Doha, al tiempo que respalda las acciones de su principal aliado, que se ha comprometido a continuar su ofensiva hasta eliminar a Hamás.