El primer ministro qatarí advirtió que el ataque "pone fin a toda esperanza" de liberar a los rehenes. La operación se produjo precisamente cuando los líderes de Hamás en Doha se encontraban discutiendo la última propuesta de alto el fuego presentada por la administración Trump. Atacar a un equipo negociador en la capital del Estado mediador es un hecho sin precedentes que, según los análisis, torpedea como nunca antes el proceso de negociación.

Con esta acción, Israel parece admitir su fracaso en alcanzar sus dos objetivos militares declarados —aniquilar a Hamás y recuperar a los rehenes—, optando por una escalada militar en lugar de una solución negociada. La decisión de Israel de bombardear al equipo negociador de Hamás cierra la puerta a un posible intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, dejando a las familias de los cautivos en una incertidumbre aún mayor.