Esta destrucción no es un daño colateral, sino un objetivo estratégico.

La sociedad de Gaza ha invertido históricamente en la educación como una herramienta crucial para la liberación, transformando la Franja en un centro de producción intelectual a pesar de las adversidades.

Israel parece empeñado en borrar este logro generacional.

La ofensiva también se ha dirigido a periodistas, artistas y poetas.

El asesinato de comunicadores como Anas al-Sharif y Mohammed Qraiqeh, entre los casi 270 periodistas asesinados desde octubre de 2023, busca silenciar las voces que narran el genocidio desde adentro. Ante la prohibición de operar a medios extranjeros, los intelectuales y periodistas de Gaza lograron contrarrestar eficazmente la propaganda israelí, lo que, según análisis, obligó a Israel a una "desesperada carrera contrarreloj para eliminar" a estas figuras clave. A pesar de la lógica israelí, las ideas y la cultura de resiliencia no están ligadas a individuos específicos y se espera que inspiren un nuevo discurso de liberación.