Esta acción ha puesto en grave riesgo cualquier posibilidad de avanzar en las negociaciones. El primer ministro de Catar advirtió que el ataque "pone fin a toda esperanza" de liberar a los 48 rehenes israelíes que permanecen en la Franja de Gaza. A pesar de la agresión, el primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, afirmó que su país no se dejará disuadir y continuará con su rol mediador en la región.

Sin embargo, la confianza necesaria para cualquier diálogo ha quedado seriamente comprometida.

Mientras Hamás se mostraba dispuesto a negociar bajo ciertas condiciones, el ataque de Israel fue percibido como una muestra de que el gobierno de Netanyahu prioriza la acción militar sobre la vía diplomática, poniendo en peligro no solo el futuro de las conversaciones, sino también la vida de los rehenes.