Paralelamente, Hamás se mostraba dispuesto a negociar, aunque con condiciones precisas.
Según fuentes de Hamás citadas por Al Jazeera, la delegación del grupo fue atacada “mientras discutían la propuesta del presidente estadounidense Donald Trump para un alto el fuego en Gaza”. De acuerdo con fuentes palestinas, esta propuesta contemplaba una tregua inicial de 60 días durante la cual se llevaría a cabo una liberación escalonada de rehenes a cambio de prisioneros palestinos detenidos por Israel. La decisión de Israel de atacar a los negociadores en un momento tan crítico ha sido interpretada como una acción deliberada para sabotear cualquier posibilidad de acuerdo. Esta secuencia de eventos —aceptación pública de una tregua, seguida de una acción militar que la hace inviable— revela la profunda desconfianza y las agendas contrapuestas que obstaculizan una solución pacífica, dejando las negociaciones en un estado de máxima incertidumbre.