El ataque aéreo en Doha, Catar, es un claro ejemplo de esta capacidad. Un informe militar indicó que se usaron “municiones precisas” e inteligencia para intentar asesinar a líderes de Hamás, demostrando el alcance de sus operaciones de inteligencia y su capacidad para proyectar fuerza en el extranjero. Esta estrategia de alta tecnología se complementa con un fortalecimiento constante de sus capacidades de vigilancia. El ministro de Defensa, Israel Katz, anunció recientemente el lanzamiento de un nuevo satélite espía, descrito como un activo estratégico para la vigilancia en todo el Medio Oriente. Katz emitió una advertencia directa a los adversarios de Israel: “Es también un mensaje a todos nuestros enemigos: los vigilamos en todo momento y en todas las situaciones”. Esta declaración subraya una doctrina de disuasión basada en la omnipresencia tecnológica y la capacidad de realizar ataques preventivos o selectivos en cualquier lugar de la región. La combinación de inteligencia, armamento de precisión y vigilancia satelital conforma el núcleo de la estrategia de seguridad israelí, una que busca mantener la superioridad militar y la capacidad de actuar unilateralmente contra las amenazas percibidas, sin importar dónde se encuentren.