Desde advertencias sobre una catástrofe humanitaria hasta informes sobre crímenes de guerra, la ONU ha sido una voz constante que exige el cumplimiento del derecho internacional. La ONU y sus diferentes organismos han estado en la primera línea de la respuesta informativa y humanitaria en Gaza.
UNICEF ha sido una de las voces más contundentes al alertar sobre la hambruna declarada y el riesgo crítico que enfrentan 450.000 niños por desnutrición. Sus informes han sido fundamentales para dimensionar la catástrofe que vive la infancia en el enclave. Por otro lado, la Relatora Especial de la ONU, Francesca Albanese, ha documentado sistemáticamente las acciones de Israel, concluyendo que se ha abolido de facto la distinción entre objetivos civiles y militares, lo que configura una política de exterminio. Sus hallazgos han sido un insumo clave para las acusaciones de genocidio. Además, la ONU en su conjunto ha advertido sobre el "desastre" que supondría la ampliación de la ofensiva en la Ciudad de Gaza, donde se estima que reside cerca de un millón de personas. La organización también ha validado la fiabilidad de las cifras de víctimas proporcionadas por el Ministerio de Salud de Gaza, otorgándoles credibilidad en el escenario internacional. A pesar de su incapacidad para imponer un cese al fuego, la ONU se ha consolidado como la principal fuente de denuncia y documentación de las violaciones a los derechos humanos en el conflicto.