Los informes señalan que el trabajo para lograr un acuerdo entre Israel y Hamás persiste.

Un avance significativo se produjo en agosto, cuando el movimiento islamista palestino aceptó una propuesta de alto al fuego que contemplaba la liberación de rehenes en etapas. Esta iniciativa fue el resultado de la mediación conjunta de Egipto, Estados Unidos y Catar, actores que han sido centrales en los intentos por detener las hostilidades.

Sin embargo, el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha mantenido una postura firme, exigiendo como condición indispensable que Hamás deponga las armas por completo.

Además, Israel ha manifestado su intención de mantener el control de la seguridad en la Franja de Gaza una vez finalizado el conflicto, un punto que complica cualquier acuerdo a largo plazo. Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado que su gobierno mantiene conversaciones "muy profundas" con Hamás, buscando la liberación de todos los rehenes.

La brecha entre las demandas de ambas partes sigue siendo el principal obstáculo para concretar una tregua duradera y poner fin a la violencia.