El informe ‘De la economía de la ocupación a la economía del genocidio’, publicado por la relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, detalla cómo al menos 48 empresas, entre ellas Lockheed Martin, Microsoft, Amazon, Elbit Systems y BNP Paribas, han obtenido contratos o inversiones ligadas a la operación militar israelí. Estas compañías se benefician de la demanda de armas de última generación, sistemas de vigilancia biométrica e infraestructura de ocupación. El estudio destaca que Israel funciona como una "incubadora" donde las corporaciones prueban y perfeccionan nuevas tecnologías de control social y armamento en los territorios ocupados. En este contexto, se ha revelado que los ahorros pensionales de los colombianos podrían estar financiando indirectamente a empresas señaladas de beneficiarse de la guerra, evidenciando la conexión entre las finanzas globales y el conflicto.

Albanese fue contundente al afirmar: “El genocidio en Gaza no ha cesado porque es lucrativo.

Es rentable para demasiadas personas”.

Este fenómeno económico, según los informes, sostiene una "arquitectura de opresión" que se lucra del exterminio y la destrucción en la región.