Una coalición internacional de activistas, incluyendo a la sueca Greta Thunberg, zarpó desde Barcelona en la "Flotilla Global Sumud", la misión solidaria más grande hasta la fecha, con el objetivo de romper el bloqueo israelí y entregar ayuda humanitaria en Gaza. La iniciativa enfrenta la amenaza de una dura respuesta por parte de Israel, que evalúa declarar la misión como una organización terrorista. La flotilla, compuesta por más de 20 embarcaciones y 300 activistas de 44 países, partió del puerto de Barcelona con el lema "Cuando el mundo se queda en silencio, nosotros zarpamos". Entre sus participantes destacan figuras de renombre internacional como la activista medioambiental Greta Thunberg, el actor de 'Juego de Tronos' Liam Cunningham y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La misión, denominada Global Sumud, busca entregar alimentos, agua y medicinas a la población palestina y establecer un corredor humanitario para desafiar el bloqueo que Israel mantiene sobre la Franja desde 2007.
Thunberg declaró antes de partir: “Cuando nuestros gobiernos no toman medidas, la gente ocupará su lugar”.
Sin embargo, la iniciativa enfrentó un revés inicial, ya que los fuertes vientos en el Mediterráneo obligaron a las embarcaciones a regresar a puerto temporalmente.
La respuesta de Israel ha sido hostil.
Fuentes cercanas al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, informaron que se evalúa detener a los activistas bajo leyes antiterroristas y confiscar los barcos.
Israel justifica su bloqueo naval argumentando la necesidad de impedir el contrabando de armas a Hamás.
Esta no es la primera vez que Thunberg participa en una iniciativa similar; en junio, la flotilla 'Madleen' fue interceptada por la marina israelí. La historia de estas misiones solidarias está marcada por la tensión, como la tragedia del Mavi Marmara en 2010, lo que eleva la expectativa de una posible confrontación en alta mar.
En resumenLa Flotilla Global Sumud, con activistas como Greta Thunberg, partió de España para llevar ayuda humanitaria a Gaza, desafiando el bloqueo israelí. A pesar de un contratiempo por mal tiempo, la misión continúa bajo la amenaza de una respuesta contundente de Israel, que considera la iniciativa una provocación y evalúa medidas legales severas contra sus participantes.