Un ejemplo trágico fue el bombardeo que abatió a 38 palestinos mientras esperaban un reparto de comida. Los centros de salud, como el Hospital Naser en Jan Yunis, se han visto desbordados, recibiendo un flujo constante de víctimas. En un solo día, este hospital reportó el ingreso de al menos 25 cuerpos. La ofensiva israelí se mantiene con el uso de cazas, artillería y drones, manteniendo un asedio constante sobre la Ciudad de Gaza, declarada “zona de combate” por Tel Aviv. El objetivo declarado de estas operaciones es expulsar a un millón de palestinos del norte del enclave, una estrategia que ha sido ampliamente criticada por sus consecuencias humanitarias. La persistencia de los ataques, que el lunes 1 de septiembre cobraron la vida de al menos 19 personas más, refleja una fase de alta intensidad en un conflicto que sigue sumando víctimas civiles a un ritmo alarmante.