A través de sus redes sociales, Duque compartió imágenes del encuentro y lo describió como un diálogo con un “cercano amigo y aliado del pueblo colombiano”. Sin embargo, la reunión se produjo en un contexto de máxima tensión, con Netanyahu enfrentando una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y siendo señalado como el principal responsable de una ofensiva en Gaza que, según la ONU, ha dejado más de 60.000 muertos.
La reacción del presidente Gustavo Petro fue inmediata y contundente.
En su cuenta de X, acusó a Duque y Gilinski de indiferencia ante la tragedia humanitaria: “Les importa nada que haya un genocidio, que mueran por hambre personas, que bombardeen niños.
Lo han hecho también en Colombia.
Perdieron el corazón”.
Esta declaración subraya la profunda brecha en la política exterior colombiana, recordando que en mayo de 2024 el gobierno de Petro rompió relaciones diplomáticas con Israel. Por su parte, Duque respondió a las críticas en una entrevista, afirmando que el gobierno de Petro “apoya a Hamás y se asocia con el antisemitismo” y que Colombia necesita un nuevo gobierno que tenga “respeto por Israel”.