Tras la reunión del expresidente Iván Duque con Netanyahu, Petro afirmó: “Les importa nada que haya un genocidio, que mueran por hambre personas, que bombardeen niños.

Lo han hecho también en Colombia.

Perdieron el corazón”.

Esta postura llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas de Colombia con Israel en mayo de 2024. A nivel multilateral, la Organización de Cooperación Islámica, que agrupa a 57 países, ha cerrado filas para acusar formalmente a Israel de genocidio en Gaza y exigir sanciones internacionales. Esta posición unificada de una parte significativa del mundo musulmán aumenta la presión sobre el gobierno de Netanyahu, quien ya enfrenta una orden de arresto internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

La controversia también ha expuesto divisiones políticas internas en países como Colombia.

Mientras Petro condena a Israel, el expresidente Duque describió su encuentro con Netanyahu como un “honor”, y en una entrevista posterior acusó al gobierno actual de Colombia de “apoyar a Hamás y asociarse con el antisemitismo”. Este choque de visiones refleja cómo el conflicto en Gaza se ha convertido en un punto de polarización en la política global y regional.