Esta denuncia se ve respaldada por cifras alarmantes: el Ministerio de Salud gazatí informó de la muerte de once personas por desnutrición, elevando el total a 300 fallecidos por esta causa, de los cuales 117 son niños.
La ayuda humanitaria que llega es insuficiente para paliar la crisis. Un informe describe los almacenes de la UNRWA en Amán, Jordania, repletos de toneladas de comida y medicinas, pero subraya que “la ayuda que entra en la Franja es una gota en un océano”. En este contexto de escasez y sufrimiento, ha surgido la controversia sobre una presunta campaña de relaciones públicas por parte de Israel. Se ha denunciado que el gobierno israelí llevó a un grupo de 'influencers' a Gaza con el objetivo de fortalecer la narrativa de que no existe una hambruna en el enclave. Esta acción ha sido interpretada como un intento de controlar la información y contrarrestar las crecientes críticas internacionales sobre el bloqueo y las restricciones a la ayuda humanitaria que han sumido a la población en una grave crisis alimentaria.