Un ataque aéreo israelí contra el Hospital Nasser en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza, ha dejado un saldo de al menos 20 personas fallecidas, entre ellas periodistas y personal de rescate. El hecho ha sido calificado por la oficina del primer ministro israelí como un “trágico accidente”, mientras organismos internacionales lo condenan enérgicamente. El bombardeo, que según testigos consistió en dos impactos, golpeó el cuarto piso del complejo hospitalario, un área utilizada por pacientes, personal médico y corresponsales de prensa. El segundo proyectil impactó cuando llegaban las ambulancias y equipos de rescate para atender a las víctimas del primer ataque, lo que aumentó el número de muertos y heridos. La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lamentó lo que denominó un “trágico accidente” y aseguró que las autoridades militares están llevando a cabo una “investigación exhaustiva”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron la autoría, pero insistieron en que su guerra es contra Hamás y no atacan deliberadamente a civiles o periodistas.
Sin embargo, la comunidad internacional ha reaccionado con indignación.
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, condenó el ataque y recordó que “los hospitales deben ser lugares seguros”, un principio fundamental del derecho internacional humanitario.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras, que trabajan en el Hospital Nasser, también han expresado su alarma por los constantes ataques a instalaciones médicas.
El hospital, con capacidad para 340 camas, albergaba a más de 1.000 pacientes, muchos de ellos atendidos en pasillos, lo que evidencia el colapso del sistema sanitario gazatí y la extrema vulnerabilidad de la población civil en medio del conflicto.
En resumenEl bombardeo al Hospital Nasser ha sido ampliamente condenado como una grave violación del derecho internacional. A pesar de que Israel lo califica de accidente y promete una investigación, el ataque subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras civiles y el alto costo humano del conflicto, exacerbando la crisis humanitaria en Gaza.