Las causas de la caída son multifactoriales.

Por un lado, se mencionan preocupaciones sobre una posible burbuja en el sector de la inteligencia artificial (IA), que habría contagiado al mercado cripto. Por otro, la incertidumbre económica general, la falta de datos económicos fiables en Estados Unidos debido al cierre del gobierno y las expectativas cambiantes sobre la política de la Reserva Federal han llevado a los inversores a reducir su exposición a activos de riesgo.

A pesar del panorama bajista, algunas voces se mantienen optimistas.

Tom Lee, de Fundstrat, calificó el dolor como “a corto plazo”, mientras que el CEO de Bitwise, Hunter Horsley, afirmó que los fundamentos a largo plazo de las criptomonedas permanecen sólidos. Analistas de Hashdex ven la volatilidad como una señal de una “explosión positiva” para 2026, argumentando que la adopción institucional y los fundamentos superan el ruido a corto plazo. La plataforma Santiment incluso sugirió que el pesimismo generalizado podría, paradójicamente, impulsar un repunte inesperado.