El CEO de la compañía, Brad Garlinghouse, ha pregonado un "año revolucionario" marcado por un crecimiento récord e inversiones estratégicas. Esta movida se produce a pesar de la decisión de Ripple de no buscar una Oferta Pública Inicial (OPI) en el futuro cercano, lo que sugiere un enfoque en el crecimiento privado y las alianzas estratégicas para expandir su influencia en las finanzas globales. La alta valoración y el calibre de los inversores señalan que los principales actores institucionales ven un valor significativo en la tecnología de Ripple para pagos transfronterizos y tokenización de activos.