China se comprometió a suspender durante un año los controles de exportación sobre tierras raras y otros minerales estratégicos, anunciados en octubre.

Por su parte, Estados Unidos acordó reducir al 10 % los aranceles relacionados con el fentanilo, aunque mantuvo otros recargos. Esta desescalada en el conflicto fue percibida por los mercados como una reducción del riesgo geopolítico, lo que a su vez disminuyó la demanda de activos de refugio tradicionales y aumentó el apetito por activos de mayor riesgo, como Bitcoin. Como resultado, el precio de la criptomoneda reaccionó positivamente, recuperando el nivel de los 110.000 dólares.

Sin embargo, algunos analistas se mostraron escépticos sobre el impacto a largo plazo del acuerdo, argumentando que no resolvía las tensiones estructurales entre ambas naciones.

A pesar de ello, la reacción del mercado cripto demostró su creciente sensibilidad a los eventos macroeconómicos y geopolíticos, consolidando su papel como un barómetro del apetito por el riesgo en el escenario financiero mundial.