La asociación es una clara señal de la creciente adopción de la tecnología blockchain por parte de las principales instituciones de Wall Street. Ambas entidades buscan crear una infraestructura que facilite a las corporaciones el uso de 'stablecoins' para pagos transfronterizos, gestión de tesorería y otras aplicaciones financieras, aprovechando la velocidad y la programabilidad de los activos digitales. La iniciativa de Citi se alinea con sus proyecciones optimistas sobre el futuro de la tokenización; el banco pronostica que el mercado de activos tokenizados podría alcanzar los 4 billones de dólares para el año 2030. Esta colaboración no solo valida el potencial de las 'stablecoins' para modernizar los sistemas de pago heredados, sino que también posiciona a Coinbase como un socio clave para las instituciones financieras que buscan ingresar al espacio cripto de manera regulada y segura. La prueba piloto entre Citi y Coinbase podría sentar un precedente importante para la integración a gran escala de activos digitales en las operaciones bancarias globales, fusionando la liquidez y la red de la banca tradicional con la innovación del sector cripto.