Esta dinámica se ha visto impulsada por eventos como las nuevas sanciones de Estados Unidos a petroleras rusas, que elevaron la tensión geopolítica y llevaron a los inversores a buscar activos refugio.
Sin embargo, el oro sufrió una de sus peores caídas en años, borrando 2,5 billones de dólares de su capitalización de mercado, mientras que Bitcoin logró recuperarse y superar los 110.000 dólares. El analista Juan Rodríguez destaca que esta situación es similar a la ocurrida en el ciclo alcista de 2020, cuando una rotación similar desde el oro impulsó el precio de Bitcoin. Aunque algunos analistas advierten que Bitcoin no es inmune a la volatilidad y podría enfrentar correcciones, el desplome del oro ante la perspectiva de un plan de paz para Ucrania, en contraste con la estabilidad de Bitcoin, refuerza la idea de que la criptomoneda se está consolidando como una alternativa preferida en tiempos de crisis.













