Sin embargo, la propuesta ha sido calificada como "un despropósito" y "una señal pésima e inoportuna".

Asobancaria advirtió que la medida "sepulta iniciativas tan importantes como Bre-B", ya que incentiva el regreso al efectivo, que no tiene ninguna retención. Gremios como Colombia Fintech y centros de pensamiento como Fedesarrollo y Anif se sumaron a las críticas, argumentando que encarecer los pagos digitales va en contravía de la formalización económica. Los presidentes de Davivienda y Banco de Bogotá también manifestaron su rechazo, atribuyendo la medida al "desespero fiscal del Gobierno" y señalando que atenta contra los principios de gratuidad e inmediatez de Bre-B, un sistema que apenas lleva unas semanas en operación.