Impulsadas por comunidades en redes sociales y la influencia de figuras públicas, estas monedas reflejan la intersección entre la cultura pop, la política y la especulación financiera.
Lo que comenzó como un chiste en foros digitales ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno financiero global. El éxito de las 'memecoins' radica en sus comunidades activas en plataformas como X (antes Twitter), Reddit y TikTok, donde el humor y un fuerte sentido de pertenencia se combinan para impulsar la demanda. Un ejemplo claro de su poder es Shiba Inu (SHIB), una moneda creada como parodia de Dogecoin. En octubre de 2021, un tuit de Elon Musk provocó un aumento del 22% en el precio de SHIB en cuestión de horas, demostrando la enorme influencia que las celebridades pueden ejercer en este mercado. Actualmente, Shiba Inu cuenta con una capitalización de mercado de aproximadamente 13 mil millones de dólares y un volumen de comercio diario de 444 millones.
La tendencia también ha absorbido coyunturas políticas, como lo demuestra la creación de la 'memecoin' $TRUMP, que capitalizó el fervor político en torno a Donald Trump y registró un aumento cercano al 600% en sus primeras horas.
Otros ejemplos como Floki y Bonk reflejan cómo las tendencias virales impactan directamente en el valor de estos activos.
A pesar de su popularidad, se caracterizan por una alta volatilidad, siendo consideradas inversiones de corto plazo. Su adopción ya es visible en Latinoamérica; un informe de Bitso revela que en Colombia, monedas como Pepe y Popcat representaron el 3% y 2%, respectivamente, de las compras de criptoactivos durante el primer semestre del año.












