El creciente interés se manifiesta en varias áreas clave. En primer lugar, CME Group, el principal mercado de derivados del mundo, se está preparando para lanzar opciones de XRP reguladas, lo que proporcionaría a los inversores institucionales una herramienta crucial para gestionar el riesgo y especular sobre el precio del activo. A esto se suman las solicitudes ante la SEC por parte de emisores como Graniteshares para lanzar ETFs de XRP apalancados (3x largos y cortos), lo que ampliaría aún más el acceso al activo en los mercados públicos. La confianza en XRP también se refleja en el ámbito corporativo, como lo demuestra la decisión de Reliance Global, una empresa que cotiza en Nasdaq, de añadir XRP a su tesorería de activos digitales. Según analistas, la claridad regulatoria parcial obtenida por Ripple en su caso con la SEC ha sido un factor determinante, convirtiendo a XRP en un “caballo oscuro” para los fondos de Wall Street que buscan activos digitales con un marco legal más definido en comparación con otras criptomonedas. Estos movimientos, combinados con una fuerte acumulación por parte de grandes inversores (“ballenas”), sugieren que el interés institucional por XRP está en una fase de aceleración.