Una creciente cantidad de empresas está incorporando criptomonedas como Bitcoin, Ethereum y otras altcoins a sus tesorerías corporativas, una estrategia que va más allá de la simple inversión. Este movimiento, liderado por compañías como Strategy (anteriormente MicroStrategy) y la firma japonesa Metaplanet, refleja una nueva visión de los activos digitales como una reserva de valor y una herramienta para generar rendimiento. Strategy, bajo el liderazgo de Michael Saylor, continúa siendo el mayor tenedor corporativo de Bitcoin, con ganancias no realizadas reportadas de 3.9 mil millones de dólares en el tercer trimestre de 2025. Sus tenencias, valoradas en 78 mil millones de dólares, se acercan a las posiciones de efectivo de gigantes tecnológicos como Amazon y Microsoft. Siguiendo un modelo similar, la firma de inversión japonesa Metaplanet ha estado comprando activamente Bitcoin, adquiriendo más de 6.700 BTC en una sola semana.
Otras empresas también están diversificando sus carteras.
DDC Enterprise anunció una recaudación de 124 millones de dólares para acelerar la expansión de su tesorería de Bitcoin. La aseguradora de vida Meanwhile recaudó 82 millones para expandir productos denominados en Bitcoin. Incluso empresas de otros sectores, como la compañía de cannabis medicinal PharmaCielo y la empresa de salud KindlyMD, están explorando el uso de activos digitales.
La tendencia no se limita a Bitcoin.
La empresa de tecnología SharpLink reportó ganancias no realizadas de más de 900 millones de dólares en su estrategia de tesorería en Ethereum. Por su parte, Cleancore Solutions reveló una acumulación de 710 millones de Dogecoin (DOGE).
Esta diversificación muestra que las empresas no solo buscan una cobertura contra la inflación, sino que también ven oportunidades en el ecosistema DeFi y en el staking para generar rendimientos pasivos.
En resumenLa adopción de criptomonedas en las tesorerías corporativas se está consolidando como una estrategia financiera legítima. Lideradas por pioneros como Strategy, cada vez más empresas están diversificando sus balances con Bitcoin, Ethereum y otras altcoins, no solo como reserva de valor, sino también como activos productivos para generar rendimiento.