En paralelo, Morgan Stanley ha decidido abrir el acceso a fondos de criptomonedas a todos sus clientes de gestión patrimonial. Inicialmente, la oferta se centrará en fondos de Bitcoin de gestoras como BlackRock y Fidelity, con planes de expandir las opciones en el futuro, permitiendo la exposición a través de cualquier tipo de cuenta. Esta decisión democratiza el acceso a la inversión en criptoactivos para una base de clientes más amplia.

Otras instituciones como BNY Mellon también están explorando depósitos tokenizados para modernizar su red de pagos diarios, que gestiona 2,5 billones de dólares. Mientras tanto, encuestas como la de State Street revelan que casi el 60% de los inversores institucionales planean aumentar sus asignaciones en criptoactivos, proyectando que podrían alcanzar hasta el 16% de sus carteras para 2028. Estos desarrollos demuestran que las finanzas tradicionales (TradFi) ya no ven las criptomonedas como un nicho, sino como una clase de activo con potencial estratégico.