Demuestra una creciente madurez del mercado y una mayor aceptación de los activos digitales por parte de los actores financieros tradicionales. Al cotizar en bolsa, la compañía no solo ganará acceso a una mayor fuente de capital para continuar con su estrategia de acumulación, sino que también proporcionará un nivel de transparencia y supervisión regulatoria que podría atraer a inversores más conservadores, tanto locales como internacionales.
