El precio de Bitcoin ha registrado un repunte significativo, superando la barrera de los 120.000 dólares y acercándose a su máximo histórico. Este movimiento se produce en un contexto de incertidumbre económica global, particularmente en Estados Unidos, lo que ha fortalecido la narrativa de la criptomoneda como un activo de refugio. El ascenso de la principal criptomoneda, que llegó a tocar los 125.000 dólares, ha sido impulsado por una confluencia de factores. Entre ellos destaca el cierre del gobierno de Estados Unidos, que generó parálisis en los mercados financieros tradicionales e impidió la publicación de datos económicos clave, llevando a los inversores a buscar activos seguros.
Este comportamiento fue similar al del oro, que también alcanzó un nuevo máximo histórico, reforzando la percepción de Bitcoin como “oro digital”. Adicionalmente, el fenómeno conocido como “Uptober”, que alude al rendimiento históricamente alcista de Bitcoin en el mes de octubre, ha inyectado un fuerte optimismo en el mercado. La confianza institucional se ha hecho evidente a través de entradas masivas de capital en los fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin. Según Karim Dandashy, operador de la firma Flowdesk, estos fondos registraron flujos de 1.500 millones de dólares en una semana. A pesar de que el repunte activó una toma de ganancias considerable, cercana a los 3.700 millones de dólares, los analistas consideran que no representa un riesgo desestabilizador. Las proyecciones para el cierre de 2025 son mayoritariamente alcistas; Standard Chartered apunta a los 135.000 dólares, mientras que una encuesta de Michael Saylor sugiere que podría superar los 150.000 dólares. Otros analistas, como Javier Espasa Peribáñez, pronostican un precio de hasta 180.000 dólares antes de finalizar el año.
En resumenEl notable aumento en el precio de Bitcoin por encima de los 120.000 dólares es impulsado por la incertidumbre económica en Estados Unidos y el optimismo del mercado de 'Uptober', consolidando su papel como activo de refugio. El repunte está respaldado por flujos institucionales récord hacia los ETF y ha generado pronósticos alcistas por parte de las principales instituciones financieras para el cierre del año.