La adopción de Bitcoin y otras criptomonedas como activos de reserva responde a la búsqueda de una cobertura contra la devaluación de las monedas fiduciarias y la inflación. Strategy, uno de los mayores tenedores corporativos, recientemente aumentó su reserva a 639.835 BTC tras una compra de 99,7 millones de dólares. En América Latina, la firma brasileña OranjeBTC ha emergido como un líder regional, adquiriendo 3.650 BTC y superando a Meliuz como la mayor compañía de tesorería de Bitcoin en la región.
Analistas señalan que las empresas latinoamericanas tienen una "gran oportunidad" al adoptar esta estrategia para proteger su capital.
Sin embargo, esta tendencia no está exenta de riesgos. La volatilidad inherente de las criptomonedas puede afectar drásticamente el valor de las acciones de estas empresas, como se evidenció con la empresa australiana de fitness Fitell, cuyas acciones se desplomaron un 21 % tras anunciar la compra de 10 millones de dólares en Solana. Además, existe el riesgo de una presión de venta por parte de inversores privados (PIPE), que podría provocar caídas de hasta el 50 % en el valor de estas compañías, según advierte CryptoQuant. A pesar de los riesgos, el movimiento de empresas hacia los activos digitales es una de las tendencias más importantes del sector, señalando un cambio fundamental en la gestión de tesorería corporativa.