Sin embargo, su creciente popularidad ha puesto de relieve la necesidad de establecer marcos regulatorios sólidos y protecciones al consumidor para garantizar su estabilidad y fiabilidad.

El debate sobre el futuro del dinero digital se intensificó en eventos como MERGE Madrid, donde se discutió la coexistencia del euro digital y las stablecoins.

Un punto clave es que, aunque las stablecoins ofrecen liquidación casi instantánea 24/7, los consumidores minoristas esperan garantías contra el fraude y mecanismos de resolución de disputas, similares a los de la banca tradicional.

En este contexto, están surgiendo nuevas plataformas que buscan cerrar esta brecha.

La startup Bastion, respaldada por Coinbase, Sony y Samsung con 14,6 millones de dólares, ofrece la emisión de stablecoins de marca blanca. Por su parte, Plasma lanzó Plasma One, un neobanco y tarjeta nativa de stablecoins. En el ámbito de las finanzas descentralizadas (DeFi), Hyperliquid lanzó su stablecoin USDH, mientras que Ripple posiciona su RLUSD como una stablecoin centrada en el cumplimiento normativo para uso institucional, conectándola a fondos tokenizados como BUIDL de Blackrock. El CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, aunque afirmó no estar "especialmente preocupado" por la amenaza de las stablecoins a los bancos, reconoció su creciente papel. Mientras tanto, gigantes de las remesas como Moneygram se preparan para integrar operaciones impulsadas por stablecoins en América Latina, demostrando su potencial para transformar los pagos transfronterizos.