La reciente recuperación del precio de Bitcoin, que lo llevó a superar la barrera de los 115.000 dólares, se produce en un contexto donde los principales índices bursátiles de Estados Unidos también han alcanzado máximos históricos, sugiriendo una correlación positiva con los mercados tradicionales. Sin embargo, los datos de derivados indican que los operadores se mantienen cautelosos. Factores macroeconómicos, como los datos de empleo en Estados Unidos y las políticas de la Reserva Federal, han sido catalizadores clave. Una revisión a la baja en las cifras de empleo y la expectativa de recortes en las tasas de interés han debilitado al dólar, beneficiando a activos de riesgo como Bitcoin. Analistas como Tom Lee, de Fundstrat, proyectan un futuro optimista, con un precio objetivo de 200.000 dólares para fin de año, citando la política de la Fed como un factor determinante. Otros análisis técnicos, como la aparición de una “cruz dorada” en el indicador MACD por primera vez desde abril, respaldan predicciones aún más audaces, sugiriendo un posible precio de 160.000 dólares para octubre. A pesar de este panorama favorable, persisten elementos de incertidumbre. El vencimiento de opciones por valor de 4.300 millones de dólares podría influir en la trayectoria a corto plazo, y la debilidad en los datos de empleo, aunque beneficia a Bitcoin al presionar a la Fed, también genera dudas sobre la salud económica general. Mike Novogratz, de Galaxy Digital, sugiere que Bitcoin se encuentra en una fase de consolidación, mientras que Arthur Hayes advierte a los inversores contra la búsqueda de ganancias rápidas, enfatizando una visión a largo plazo.
