Los reguladores financieros de todo el mundo están intensificando sus esfuerzos para establecer marcos normativos claros para la industria de las criptomonedas. Desde Estados Unidos hasta América Latina y Asia, se están produciendo debates y acciones concretas para equilibrar la innovación con la protección del inversor y la estabilidad financiera. En un movimiento calificado como histórico, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) de Estados Unidos anunciaron una mesa redonda conjunta para discutir una supervisión financiera unificada y “armonizar la regulación de las criptomonedas”. La SEC también está centrando su atención en la privacidad financiera y la vigilancia en el sector.
A nivel internacional, Hong Kong se posiciona como un centro de innovación con la recepción de interés de al menos 77 instituciones para obtener licencias de emisión de monedas estables (stablecoins).
En América Latina, el debate regulatorio también avanza. El Banco Central de Uruguay está estudiando la implementación de una moneda digital propia y se debate un posible impuesto a las ganancias de criptoactivos mantenidos en el exterior. En Colombia, el gremio Colombia Fintech ha hecho un llamado a un “tsunami regulatorio”, presentando más de 100 propuestas para modernizar el sistema financiero, incluyendo la creación de reglas claras para la industria cripto que equilibren innovación y protección al usuario. Gabriel Santos, presidente de Colombia Fintech, afirmó que “la revolución fintech ya está aquí y es imparable”, subrayando la necesidad de que el gobierno asuma un rol activo en la transformación del sector.
Estas acciones globales reflejan un esfuerzo coordinado por integrar el ecosistema cripto en los marcos financieros tradicionales de manera segura y ordenada.
En resumenLos reguladores a nivel mundial están avanzando decididamente en la creación de marcos normativos para las criptomonedas. Iniciativas como la colaboración entre la SEC y la CFTC en EE. UU., la emisión de licencias en Hong Kong y los debates sobre políticas en Colombia y Uruguay, demuestran un esfuerzo global por fomentar la innovación mientras se garantiza la protección de los inversores y la estabilidad del sistema financiero.