Este comportamiento se produce en un contexto de datos macroeconómicos mixtos en Estados Unidos y un creciente interés institucional, aunque los mercados de derivados sugieren cautela entre los operadores. La reciente recuperación del precio de Bitcoin, que lo ha llevado a superar la barrera de los 115.000 dólares, ha estado impulsada en gran medida por factores macroeconómicos y técnicos. La publicación de datos de empleo en Estados Unidos, que mostraron una revisión a la baja, y la expectativa de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) han debilitado al dólar y fortalecido el apetito por activos de riesgo como BTC. Analistas técnicos señalan la aparición de una “cruz dorada” en el indicador MACD por primera vez desde abril, un patrón que históricamente ha precedido a alzas significativas; la última vez, el precio de BTC subió más del 40 % en un mes. Algunos pronósticos optimistas sugieren que el precio podría alcanzar los 120.000 o incluso 160.000 dólares si se rompen resistencias clave como la de 113.500 dólares.
Sin embargo, este optimismo coexiste con señales de cautela. Los mercados de derivados de Bitcoin muestran que los operadores se mantienen precavidos, influenciados por las recientes salidas de los ETF al contado y la decisión de no incluir a la empresa Strategy en el índice S&P 500. Además, se ha observado que los tenedores a largo plazo han vendido alrededor de 241.000 BTC, lo que ejerce presión vendedora en el mercado. Mike Novogratz, una figura prominente en la industria, afirma que Bitcoin podría volver a dispararse una vez que la Fed reinicie su ciclo de recortes, consolidando la idea de que la política monetaria estadounidense sigue siendo un catalizador fundamental para el criptoactivo.