Esta tendencia ha transformado a ETH de una opción meramente especulativa a una plataforma fundamental para las finanzas institucionales, lo que ha provocado una drástica reducción de sus reservas en los 'exchanges' centralizados. La cantidad de Ether disponible en los 'exchanges' ha caído un 38 % desde 2022, alcanzando su nivel más bajo en tres años. Esta disminución se atribuye a dos factores principales: la creciente demanda de los ETFs de Ether al contado y la acumulación estratégica por parte de tesorerías corporativas, que están absorbiendo la oferta circulante para estrategias de tenencia a largo plazo. Este fenómeno sugiere que una parte cada vez mayor del suministro de ETH se está moviendo hacia carteras de almacenamiento en frío o protocolos de 'staking', en lugar de permanecer disponible para la venta inmediata. La madurez del mercado también se evidencia en el comportamiento de grandes inversores; una notable "ballena" de Bitcoin recientemente diversificó su portafolio adquiriendo 3.800 millones de dólares en Ether, lo que los analistas interpretan como un reconocimiento del valor fundamental de Ethereum más allá de la especulación.

Sin embargo, no todas las perspectivas son alcistas a corto plazo.

Algunos analistas advierten sobre la posibilidad de la "mayor trampa bajista" en septiembre, sugiriendo que Ether podría caer hasta la zona de soporte de 3.000 dólares antes de reanudar su tendencia alcista en octubre.